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La guerra de las libras

Perder peso, de manera definitiva, es una guerra donde el enemigo es uno mismo.  No hay dieta ni crossfit que valga si no se tienen tres cosas antes de comenzar: fuerza de voluntad, paciencia e inspiración. Entonces antes de entrar en el campo de batalla, antes de “sudar la camiseta”, lo primero que hay que poner a mover es la mente para lograr lo que se quiere.

Esto lo aprendí después de mi primer embarazo.  Tardé casi un año en perder las 42 libras que subí.  A mi no me funcionó aquello de lactar y perder peso al tiempo, considerando que cada vez que le daba de comer a Eva sentía que podía comerme una vaca entera yo sola. Tuve que esperar hasta dejar de amamantar para poder comenzar a cambiar mis hábitos y volver a la normalidad. No voy a quedarme mucho en el tema de lactancia porque para mi, ésta es una decisión muy personal. Hago un pequeño disclaimer antes de seguir: no estoy emitiendo juicios a quien lo hace o no, tiempo necesario, etc… cada quien lo que le parezca conveniente. Tampoco estoy incentivando a las mamás a que lo hagan o que dejen de hacerlo. Hablo por mi. Si quiere saber más de la lactancia para eso hay otros websites. Aclarado el tema, prosigo…

Las mamás que pasamos por esta etapa de lactancia sabemos que es una época de muchas emociones encontradas y cambios hormonales que hacen aún la situación más complicada de lo que realmente es. Durante estos meses amamantando a Erik sin embargo, aprendí a bloquear comentarios que la vez pasada me hirieron. Comentarios tales como: te ves gordita pero bonita, ¿cuándo vas a comenzar a ir al gimnasio?, no comas esto o aquello, ¿Viste que fulanita de tal se ve divina, flaca y acaba de tener bebé? Lo viví. Uno se siente la pulga más miserable del universo. Prende el televisor y ahí está la última foto de la celebridad de moda con su post-baby bod en el momento preciso en que uno se está devorando el tercer pedazo de pizza. Entonces para mi la regla de oro esta vez fue: lo que pase en la lactancia se queda en la lactancia. Hace un mes dejé de lactar. Era entonces el momento para prepararme para la guerra de las libras.

Como en toda guerra, hay que preparar una estrategia, que es absolutamente personal. Si quiero bajar el peso que necesito voy a establecer unas reglas para mi. A nadie le funcionan las mismas cosas que a otro, cada quién es un mundo con sus gustos, pasiones, amores y odios. Pero eso no quiere decir que no me pueda inspirar con los ejemplos y consejos de los demás.  Hay que aprender a tomar y a desechar lo que uno sabe que le sirve o no. Por eso quiero compartir aquí parte de mi estrategia y mis mottos:

–       Perder peso no es una cuestión de belleza, es una cuestión de salud. Sentirse bella viene de adentro sin importar el número en la escala.

–       Hay que elegir cuidadosamente las armas a utilizar en la batalla. Es decir, el tipo de ejercicio y régimen alimenticio que seguiré necesitan de mi habilidad y mi pasión. Ejemplo: Zumba y un treadmill son para mi lo que el arco es para Katniss Everdeen. Crossfit vendría siendo como ponerle una hacha en las manos a Katniss ¿Me entiende?

–       A buscar aliados, no enemigos. Uno se rodea de personas que nos incentivan a seguir adelante o tratan de hundirlo consigo en su propia fosa. Es imposible controlar lo que los demás hacen o dicen, pero sí se puede controlar como las acciones de los demás nos afecten. Los aliados también sirven para los momentos en que las municiones están bajas. No nos dan las balas pero nos ayudan a ver como conseguirlas… Los enemigos nos dan las balas pero para que las usemos en contra de nosotros mismos…

–       Hay que reconocer pronto los malos hábitos y atacarlos drásticamente. Las sodas, las harinas, mi odio hacia el sabor del agua son algunos de los míos. Aquí es cuando entra en juego la fuerza de voluntad.

– Esta no es la primera vez que intento bajar de peso. Entonces he analizado lo que me ha servido antes y lo que me ha fallado. Como les dije el principal enemigo es uno mismo, por eso hay que conocerse muy bien, cuestionarse errores, plantearse motivaciones, buscar las claves que han servido en momentos de éxito etc..

–       Los referentes son una mano amiga y la tecnología la mejor manera de conseguirlos. En mi teléfono tengo el app de Jillian Michaels, My Fitness Pal, un buen playlist para cuando quiero correr, hay que dejarse inspirar. Y cuando todo lo demás falla, busco este video:

¿Les gusta mi estrategia? ¿qué me aconsejan? ¿qué han hecho ustedes? A compartir ideas!!!

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